miércoles, 3 de noviembre de 2010

Γεώργιος

Brilla el sol de media noche y lo real
se vuelve ficción en seis horas
en este laberinto de tristezas
la firmeza de tus brazos 
se adueñaron de mi cintura.

Por primera vez me embargó 
la ilusión de que la eternidad
pueda escucharse
y aquella mirada táctil
que se volvería rito
cada viernes de locura.

Hoy estoy aquí
escuchándome eternizar
al saber que estas a segundos de mí
y siento la impotencia
de no estar sobre  ti
arrojada. 

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