miércoles, 17 de noviembre de 2010

Momentos


         Me queda poco tiempo, tengo que pensar rápido, pero no me pasaba nada por la cabeza, eran ya casi las dos de la tarde y el silencio se apoderaba de mis pensamientos, tenia la mente en blanco.
-         Tengo que entregar este trabajo a hora
-         Me estoy desesperando y no aguanto esta situación -y esta lluvia que no para-.
     Mi hermano ya se ha marchado a la facultad y solo me quedaban dos horas y ese descanso de mi padre era tan profundo como los ronquidos que salen de su boca.
-¡Quiero Terminarlo ya!
Pero… no puedo, mamá está en cama tengo que ayudarla, después de lo sucedido creo que hasta yo querría estar en su lugar.
Mi hermana, la más pequeña de la casa, no ha asistido a clases ya que la profesora siempre me dice: “Cuando llueva no la traigas nomás a tú hermana, porque vivo lejos y no voy a poder venir”.
Vaya expresión y pensar que es profesora, por suerte está apunto de jubilarse. Bueno, a veces quisiera tener esa tranquilidad, ella tiene siete años y nada la agobia, sentada en el sofá manteniendo sus ojos fijos a la televisión.
-¿Pero qué estoy haciendo? Prestando atención a otra cosa, mejor termino este trabajo.
Las lágrimas poco nublaron mis pensamientos y empezaron a caer rayos de angustia y desesperación.
Quizás de tantas precipitaciones y pronósticos nuevos que anunciaban chaparrones de alteración logre abrir mis paraguas para evadir los vientos y la tensión.
-Ya estoy terminando, me queda pasarlo a limpio y ya esta listo.
-Por fin termine.
Sin darme cuenta había parado de llover, pero… esa nube negra aun estaba en mis pensamientos sin saber que un arco iris lograba despejar los granizos, el estrés  y la desesperación.   
         

2 comentarios:

  1. Me encantó el cuento. Había partes donde se evidencia tu presencia en el cuento. Es cómo si te estuviera escuchando hablar de los profes jeje

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