domingo, 2 de octubre de 2011

Matando llamadas perdidas


A Jorge Rojas en su oficio de nictálope 


Yo sé, hoy el universo no conspira para escribirnos y antes de dormir observé la luna, mi esperanza de respuesta. Quisiera desplomarme de sueño en aquel acceso de locura, cuando la sinceridad de las copas sirvan de inspiración para tu boca.


Inventamos rústicos mecanismos de comunicación y aprovechamos que la señal no nos discrimino (por el momento). Aquellas llamadas hechas viento en la cálida tarde de agosto, donde es imposible resumir  a una persona en tres páginas de mensaje de texto.


No te duermas temprano hoy, ya que todo es mejor de a dos y a la hamacas no la rechazaría con este calor desubicado, raramente sin llamadas pérdidas. A veces, opacadas por nubes traidoras o por palomas mal educadas.



¿Un mensaje en blanco es como una llamada pérdida? ya que me llego incompleto (envíame otra vez). Creo saber que paso: se mezclo con un mensaje viejo y se formó un híbrido casi como una llamada pérdida.
¿Vos la encontraste o directamente la mataste?