lunes, 9 de junio de 2014

A diario.

Es un vicio 
Sus manos y sudor
Va de surcos en surcos.
Vuelve a iniciarse, pasa por senderos
desconocidos,
su respiración es tibia.
Te consumo.
No hay terapia,
te vuelvo a palpar.
Me embriago,
nacen mis ansias.
tenerte en una dosis
me intoxica. 

domingo, 21 de octubre de 2012

A veces


A veces quisiera saber...
 qué piensan, de qué hablan.
¿En qué tácito mundo se encuentran, 
en dónde se sumergen sus palabras?
Si aquel recóndito espacio sigue siendo más que una cama,
si sus manos dejan las mismas huellas en mi cuerpo,
solo a veces me pregunto
si sus ojos pueden mirar más allá de mis senos
o se habrá cansado de contar mis lunares,
si hoy solo le apetece mi cuello.

A veces quisiera saber...
si aquellos momentos de placer lo elevaron a la cima de la montaña que está hacia el sur,
si las húmedas noches de locura siguen siendo las mismas,
si solo fui un túnel de ardientes suspiros.
Déjame saber sobre tus exhaustos sueños en el bosque azul.
Solo a veces, solo a veces, déjame descubrir tus caricias salvajes, 
tus besos con sabor a leche tibia.



Solo a veces: bésame, muérdeme, tócame 


Envuélveme... No temas

viernes, 29 de junio de 2012

Copita de Daikiri

                                                                     In modo da non andare           
                                                            qualunque cosa tu dica


Quiero escuchar algo de lo que escribes, pero te lo voy a pedir prestado y espero ser buena inspiración.
Anoche arrojaste el ron y el hielo sobre las sabanas blancas que trajimos de Cuba.

Manchaste con salsa blanca aquel cuerpo que te hacia 1/3 Italiano.
Exploraste el oasis sin rumbo con tus 1.88 mts de altura.

Bailamos, la memoria te falla; querías dormir conmigo, pasamos horas, no es nada prohibido ni te pido que renuncies.
Charlamos, mentiste, dimos la vuelta al mundo en dos horas, pero en el futuro no sé si pienses en mi.
Extraviaste la dirección de tu mirada en tu apocalíptica sonrisa.

Expiro nuestra fecha de vencimiento y creaste una caótica lucha de sexos entre mi orgullo y los muchos gatos que iba a tener. 

domingo, 25 de marzo de 2012

Infierno Genético

                                                                            


                                                       Sangre de mi sangre he'i kure ho'uro mbucia.




Espécimen añejo sin roble

creadora de parásitos

calumniadora de sangre

almíbar de doctores

vestigio de Capuleto y Montesco 

Orgullo de enfermedades

sin fuerza y caprichosa

Egoísta, manipuladora, machista

resultado de tu fe conservadora

Teniente de riñas

sabiduría sin rumbo

En mi casa y en mi vida 

NO TE METAS



Nota: Este poema(?) fue escrito en un profundo estado de ira de la escritora.







martes, 8 de noviembre de 2011

Cenizas Verdes


Detrás de aquella muralla que separa la realidad de mi ficcional vida de temores ocultos, observe las cenizas de canciones , dibujos, poemas y la vida misma vestidas de color gris llevados por el viento sur y esfumarse en aquella mañana de otoño. Desde entonces extraje los mejores recuerdos del extenso relato anecdótico de mis hazañas enumeradas en fecha y hora tal cual sucedían los hechos pero no sabía que mi futuro lo había resumido en un poema. Almacenó los mejores mensajes de amor extraviados en la cotidiana espera de un beso iluso y, quizás, jamás pensé el daño que causaría recordar mi pretérito imperfecto.

A pesar del viento, el primer intento fue eficaz, afecto al primer poema (empecé a lamentar ese instante al recordar que no tenía una copia de la misma) pero antes de incinerar su vil vida a lo largo de los cincuenta extirpe a Jessy y Joy de su arrumbrada y seca trayectoria de fascículo sin precio.

Hojas en blanco, mar de mi corazón, inicio de una supuesta novela que acabo siendo mi primer cuento; tachaduras, enmiendas, borradores y correcciones fueron consumiéndose poco a poco sin pensar que aquel principio de blog no llenaba la necesidad de escribirte. Las letras por su lado dejaron de latir desde que la tinta no circulaba en ellas ya que las mismas envueltas por un calor profundo adquirieron quemaduras de tercer grado que ningún tipo de pensamiento líquido dejaría que se extinga de dicha muerte.

Lo moví con un palo seco de mandarina, empecé a soplar, me mantuve treinta minutos en pie para verlo desaparecer por completo y asegurarme de que su existencia se había olvidado pero o fue así porque quedo la tapa, la tapa de mi cuaderno verde.
     

domingo, 2 de octubre de 2011

Matando llamadas perdidas


A Jorge Rojas en su oficio de nictálope 


Yo sé, hoy el universo no conspira para escribirnos y antes de dormir observé la luna, mi esperanza de respuesta. Quisiera desplomarme de sueño en aquel acceso de locura, cuando la sinceridad de las copas sirvan de inspiración para tu boca.


Inventamos rústicos mecanismos de comunicación y aprovechamos que la señal no nos discrimino (por el momento). Aquellas llamadas hechas viento en la cálida tarde de agosto, donde es imposible resumir  a una persona en tres páginas de mensaje de texto.


No te duermas temprano hoy, ya que todo es mejor de a dos y a la hamacas no la rechazaría con este calor desubicado, raramente sin llamadas pérdidas. A veces, opacadas por nubes traidoras o por palomas mal educadas.



¿Un mensaje en blanco es como una llamada pérdida? ya que me llego incompleto (envíame otra vez). Creo saber que paso: se mezclo con un mensaje viejo y se formó un híbrido casi como una llamada pérdida.
¿Vos la encontraste o directamente la mataste?

sábado, 13 de agosto de 2011

El sonido de tu aroma

Y allí estaba el mismo paisaje de todos los lunes: Lo cambiamos la semana pasada y ahora esta en el piso, hecho cuadritos. No soporto su peso.


Amanecí con los ojos hinchados y sólo llego a ver su sombra a lo lejos.


- No haces nada, nde mitakuña'i- grita con fuerza y rudeza.


Sin dirigirle una palabra dejo que el estado etílico lo consuma como las espinacas que utiliza Popeye como energizante.


Escucho de nuevo esa voz que anuncia mi plena soledad al lado de la mesita de escritura. Sólo siento los granos  de maíz que atraviesan mi piel cuando me arrodillo sobre ellos.


Escuché un grito y el sonido del vidrio quebrándose, se me erizó la piel, esta vez fue la ventana fue la ventana de mi pieza y Mamá no se  resistió. 



Sentí un golpe fuerte, me desperté, siempre las mismas palabras, el murmullo de la gente. ¿Sillas blancas? ¿y ese aroma a café? ¿ de dónde viene? No entiendo nada, sólo veo una corona de flores amarillas con las letras Q.E. P. D